La saliva es un líquido que hidrata la cavidad bucal.
Juega un papel fundamental en la integridad de los tejidos bucales e interviene en la limpieza de la boca de los residuos de los alimentos y bacterias, proporcionando iones para la mineralización de los dientes.
Además, la saliva participa en las actividades de masticar, tragar y hablar. Por lo que es realmente fundamental para que nuestra boca y aparato digestivo, desarrolle una actividad 100% normal.
Veamos algunas de las funciones principales de la saliva
- Es un lubricante que mantiene la humedad en la boca, ayudando a vocalizar y tragar correctamente los alimentos.
- Tiene capacidad amortiguadora que es la habilidad de la saliva para equilibrar los cambios pH (protege a los tejidos bucales contra los ácidos provenientes de las comidas o de la placa dental).
- Las IgA (inmunoglobulinas) actúan como los anticuerpos salivales que acciona como antibacterial y antifúngica (hongos).
- La saliva remineraliza el diente y el esmalte dañado, su concentración de calcio y fosfato constituye una defensa natural.
- Tiene también la función digestiva que ayuda a la formación del bolo alimenticio además de facilitar la deglución.
- La saliva ayuda a la cicatrización de los tejidos orales por su factor de crecimiento epidérmico.